Sobre el problema de las relaciones interestatales a partir de la filosofía de Spinoza

El presente texto tiene por objetivo mostrar la importancia de la discusión sobre las relaciones interestatales en la filosofía política de Spinoza con el objetivo de lograr una mejor comprensión de cómo articular una praxis “resistente” que logre ser un contrapeso efectivo a las dinámicas de dominación vigentes hoy en día. En ese sentido, asume la postura de que no es posible apropiarse la filosofía política de Spinoza en toda su potencia si no se profundiza este aspecto temático y ello no porque se encuentre profusamente desarrollado por el propio Spinoza, sino porque las circunstancias históricas que nosotros vivimos nos lo exigen. De ahí que a partir de este tema se nos abra un panorama de problemáticas que nos demandarían llevar a Spinoza más allá de sí mismo, en el sentido de pensar la política según una experiencia que él no tuvo,[1] pero a través del marco categorial, conceptual y metódico que él utilizó en sus tratados políticos.

Podemos partir del hecho mismo de que la filosofía de Spinoza es en sí relacional,[2] bajo el entendido de que todo lo concreto, lo que en la Ética es denominado modo finito, adquiere su ser real —su esencia— por medio de una serie de relaciones causales. Así, el Estado es pensado como la articulación de las relaciones de poder existente entre los individuos de una comunidad que son capaces de emitir y aplicar leyes (Ética, IV, prop. XXXVII, esc. II, p. 204), las cuales tratan de determinar el comportamiento de cada uno de estos.[3] De aquí que el tema de la discusión política sea la forma en que se da esa articulación de relaciones de poder según cada uno de los modos de gobierno que Spinoza distingue en el Tratado Político: monarquía, aristocracia y democracia. Lo que le preocupa a Spinoza en el Tratado Político es cómo el Estado, según las características institucionales que asume en cada una de estas formas de gobierno (potestas), expresa la potencia (potentia) de la multitud,[4] de modo que se puedan comprender las condiciones bajo las cuales cada forma de gobierno funciona adecuadamente, así como evaluar cuál de éstas es la más perfecta.

En este contexto, el Estado adquiere su existencia como un modo finito más, lo que lleva a Spinoza a establecer una analogía entre él y el individuo en base al concepto de conatus: de la misma forma que un individuo se esfuerza por permanecer en la existencia, el Estado está ante una situación similar. Así, como piensa Marilena Chaui, el conatus sería el fundamento de la política (p. 126). La política, tras la constitución de un Estado, se podría caracterizar en parte como la lucha del Estado mismo por permanecer y tendría entonces una doble dirección operativa de este esfuerzo: hacia el interior, para poder anular el peso de grupos que concentren un poder amenazante a la potestad instituida (en el Tratado Teológico-Político encontramos un ejemplo de esto en el tema de la libertad y cómo los teólogos representan una facción que la amenaza); hacia el exterior, porque los otros estados representan una amenaza para él (tematizado sobre todo en el capítulo III del Tratado Político). Ambos temas complementan dicho esfuerzo y evidencian el carácter relacional de la existencia del Estado: hacia dentro el Estado es una distribución de poder configurada por la ley (Chaui, p. 128) y que por ello expresa una proporción que define las relaciones entre los individuos que lo integran[5]; hacia afuera, porque los demás estados pueden representar un peligro (si se entabla una relación de contrariedad) o una ayuda para la reafirmación (si es que entablan una relación de afinidad).

De este modo, nos encontramos ante el tema de la soberanía del Estado y cómo ella es expresión de la dinámica interna y externa de esta relacionalidad política establecida en primer lugar por la ley civil. Esta cuestión de la soberanía es el punto de partida del sentido de las relaciones interestatales. Por ejemplo, hasta hace poco tiempo era usual considerar que Spinoza seguía a Hobbes en su postura sobre la llamada “superioridad” política del Estado, es decir, una negación de la existencia de obligaciones legales o políticas entre los estados (Güneysu, p. 174). En efecto, Hobbes señala al final del capítulo XXX del Leviatán:

Respecto a los oficios de un soberano respecto de otro, comprendidas en la ley que comúnmente se denomina ley de las naciones, no necesito decir nada en este lugar, porque la ley de las naciones y la ley de la naturaleza son la misma cosa, y cada soberano tiene el mismo derecho, al velar por la seguridad de su pueblo, que el que tiene cualquier hombre en particular al garantizar la seguridad de su propio cuerpo. Y la misma ley que dicta a los hombres que carecen de una gobernación civil lo que deben hacer y lo que deben evitar uno respecto de otro, señala análogos dictados a los Estados, es decir a los príncipes soberanos y a las asambleas soberanas; no existe tribunal de justicia natural sino en la consciencia, en la cual no reina el hombre sino Dios, y cuyas leyes (que obligan a la humanidad) con respecto a Dios, como autor de la naturaleza, son naturales (Hobbes, p. 274).

Esto quiere decir que para Hobbes la soberanía misma de cada Estado, al estar fundamentada en la misión de garantizar la seguridad de su pueblo, reconoce en los demás poderes soberanos una amenaza, pues estos a su vez buscan garantizar su propia seguridad, para lo cuál no dudarían en tratar de neutralizar un Estado de igual o mayor poder que el suyo. La frase concreta que dice que “no hay un tribunal de justicia natural” significa que para Hobbes no hay posibilidad de que un soberano entable relaciones legales con otro y de ahí, que se pudiese pensar en un sistema jurídico interestatal.

Quienes piensan que Spinoza sigue a Hobbes subrayan lo que dice en el capítulo tercero del Tratado Político sobre la posibilidad de que, en el marco de un acuerdo establecido entre dos ciudades, cada una de ellas puede romperlo si es que la causa que le llevó a establecerlo desaparece:

El derecho de guerra pertenece a cada ciudad y (…) para determinar el derecho de la paz hacen por lo menos falta dos ciudades que se considerarían ligadas por un tratado o confederadas.

Ese tratado subsistirá mientras subsista la causa que lo determinó, es decir, el temor de un mal o la esperanza de un beneficio. Cuando la causa deja de actuar sobre una u otra de las dos ciudades, tiene el derecho que le pertenece, rompiéndose por sí mismo el lazo que le unía a las ciudades. Cada ciudad tiene el derecho absoluto de romper el tratado cuando quiera, no pudiéndose decir que actúa con astucia y perfidia si rompe su compromiso en cuanto ha dejado de tener motivo para temer o esperar (…)

Las ciudades ligadas por un tratado conservan el derecho de proveer a sus intereses, y cada una de ellas hace lo posible por librarse del temor y recuperar la independencia, evitando de este modo que la otra ciudad se vuelva más poderosa. Cuando una ciudad se queja de haber sido engañada, no debe acusar a la ley de la ciudad confederada sino a su propia estulticia, porque entregó su seguridad a otra ciudad, para quien la seguridad del Estado[6] es la ley suprema (Spinoza, 2004, III, §§ 13-14, p. 55).[7]

Así pues, este acuerdo supondría un riesgo para la independencia de cada una de las ciudades que lo constituyen, al quedar potencialmente vulnerables ante el cambio de las circunstancias. Todo el pasaje tiene como trasfondo la idea de la soberanía que detenta cada ciudad, y por lo tanto de la conservación de su derecho a buscar la independencia y la autosuficiencia (la liberación del temor de un mal o de la esperanza de un bien). La concordancia con Hobbes consistiría en que en una relación interestatal un acuerdo es válido sólo si este es ventajoso para la ciudad, pero en la medida en la que deja de serlo, no tiene ninguna obligación (legal) de mantenerse en él.

Lo anterior es percibido por algunos comentadores como si esta caracterización del proceder de un Estado frente a otro fuese un mero reflejo de los términos de la paz de Westfalia[8] (Altwicker, 2017, p. 183), lo cual podría hacernos pensar que entonces Spinoza está siguiendo simplemente una tendencia epocal. No me parece que podamos reducir la postura de Spinoza a una cuestión meramente histórica pues, como veremos en síntesis, el principio mismo del conatus del Estado —esto es, un contenido teórico formulado por la ontología spinozista— es lo que permite pensar esta tendencia a conservar la independencia y el puente trazado hacia una vinculación entre estados. Lo que sí es importante señalar, es que el pensamiento de Spinoza, lo mismo que el de otros pensadores como Grocio o Hobbes, se mueve en el contexto de la influencia intelectual del Derecho Natural moderno —contractualista— y de la teoría de la soberanía articulada principalmente por Jean Bodin y Maquiavelo (Bodenheimer, p. 156) y que por ello podemos encontrar una semejanza en la terminología y en algunas ideas generales, pero que vistas a detalle permiten comprender diferencias fundamentales.

Retomemos el pasaje del Tratado Político citado anteriormente: Spinoza afirma que el convenio pactado por ambas ciudades está basado en un temor a un mal o en la esperanza de la obtención de un beneficio, lo cual manifiesta la analogía ya mencionada entre el individuo y el Estado. En el capítulo XVI del Tratado Teológico-Político encontramos un pasaje muy similar en donde, refiriéndose al individuo y su esfuerzo por proteger su derecho natural, el criterio que tiene para ceder —aunque sea con dolo— su derecho es precisamente el miedo a un mal mayor o la esperanza de obtener un bien mayor, de donde se extrae la utilidad del pacto (Spinoza, 2008, pp. 338-339). Así, pues, estos afectos no sólo determinan una forma de comportamiento humano que hace posible el establecimiento de convenios entre individuos sino también entre estados, pero referidos en un contexto de “estado de naturaleza” (Altwicker, 2019, p. 59). En efecto Spinoza se refiere a que, puesto que los hombres son enemigos por naturaleza,[9] las ciudades también son enemigas en cuanto defienden su derecho natural (Spinoza, 2004, III, § 13, p. 55).

Así pues, el miedo y la esperanza pueden ser el sustrato afectivo para que el compromiso entre dos ciudades sea considerado útil. En ambos casos el criterio de autopreservación estatal es efectivo y en ambos casos si desaparece el afecto que sostiene esta consideración de utilidad simplemente desaparece la fidelidad al pacto. Por otro lado, hay que tener en cuenta, como se dice en la Ética, que la esperanza y el miedo se coimplican (Spinoza, 2005, III, Def. Af. XIII, expl. p. 159), así que un tratado de paz, por ejemplo, conlleva simultáneamente el miedo a una o varias ciudades poderosas (con las que se sella un pacto de no agresión) y la esperanza de evitar la guerra con ellas.

Altwicker (2017) ha mostrado muy claramente cómo es que este sustrato afectivo constituye las condiciones bajo las cuales una ley o acuerdo interestatal son efectivamente acatados, es decir, aquellas condiciones por las que adquieren un carácter normativo que regula realmente su comportamiento (pp. 191-192). De hecho, él lo llama las condiciones “psico-sociales” del cumplimiento del compromiso interestatal porque los afectos no son una realidad simple y puramente mental, sino que manifiestan una situación de la potencia de cada Estado que entra en el pacto: una ciudad no le tendría miedo a otra si no considera que tiene más o el mismo poder que ella. Ahora, si una de las dos ciudades teme a la otra porque sabe que es más poderosa y por consiguiente le tiene miedo, va a querer concertar la paz con ella. Pero la ciudad que entre las dos es más poderosa no tendría el deseo siquiera de entablar un tratado de paz, o de hacerlo, no habría una coacción afectiva que le obligara realmente a cumplir con las clausulas del tratado. De ahí que se pudiese concluir que el móvil de concertación de la paz entre estados sea la equivalencia de poder real (Altwicker, 2019, p. 65). Aquí interviene un cálculo político de medición de fuerzas en el que se concibe entonces que es más benéfico entablar la paz con ciudades igualmente poderosas que guerras que amenacen la existencia de todas las partes que intervendrían en ellas. En esta concertación del compromiso hay un trance en el que, si bien se compromete la independencia de cada ciudad que entra en el pacto, de igual forma se aumenta su capacidad de obrar, en la medida en la que se reduce su miedo a las otras ciudades con un poder equivalente (Spinoza, 2004, III, § 16, p. 56). En este sentido, se puede decir que un tratado de esta índole aumenta simultáneamente la potentia de la ciudad y fortalece la soberanía del poder supremo, porque si bien compromete, lo decimos una vez más, la independencia de la ciudad al tener que acatar cierta normatividad que regule su comportamiento con otras ciudades, al hacerlo garantiza la seguridad de la multitud a la que el poder supremo de cada Estado debe su constitución.

En este punto, es preciso recordar entonces que Spinoza no considera que el Estado deba subsumirse a ninguna entidad política exterior a él, porque es el propio interés por preservar, prolongar y fortalecer su existencia la que le obliga a entablar acuerdos. Obviamente aquí no está pensando en organizaciones como la ONU o como aquellas que tienen un carácter regional como la Unión Europea, la Unión Africana o la Organización de Estados Americanos que actualmente funcionan con una reglamentación específica que, para lograr la resolución de conflictos, la integración económica, etcétera, aspiran a influir, condicionar o determinar el comportamiento de los estados considerados como miembros. La tesis de Spinoza de que el fundamento del acuerdo interestatal es el conatus del Estado es la tesis de que las relaciones interestatales no dejan de ser relaciones de poder y que, por lo tanto, no puede fundmentar el funcionamiento de estas relaciones en una mera formalidad jurídica interestatal si las instituciones interestatales no representan un poder efectivo obligante para los Estados. No me detendré en la problemática que esto representa desde la propia teoría política de Spinoza, pues si se admite que una organización como la ONU adquiera un poder que sea capaz de obligar a los estados es permisible pensar que entonces ésta comenzará a funcionar como un Estado universal o al menos como un Estado más, en la medida en la que estaría construyendo una soberanía propia. Para Spinoza, la obligación no puede venir de afuera, sino de las necesidades internas de cada Estado que compone una de estas organizaciones.

Me interesa más centrarme en otra cuestión referida a la diferencia histórica en el funcionamiento de las relaciones interestatales en la época de Spinoza respecto de su funcionamiento actual, por un lado, y en la tesis de que el auténtico objetivo del Estado es lograr la libertad de los individuos que lo componen, por otro lado. Empecemos por este segundo elemento que compone nuestra cuestión: Spinoza afirma en el Tratado Teológico-Político que:

De los fundamentos del Estado, anteriormente explicados, se sigue, con toda evidencia, que su fin último no es dominar a los hombres ni sujetarlos por el miedo y someterlos a otro, sino, por el contrario, liberarlos a todos del miedo para que vivan, en cuanto sea posible, con seguridad; esto es, para que conserven al máximo este derecho suyo natural de existir y de obrar sin daño suyo ni ajeno. El fin del Estado, repito, no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas, sino lograr más bien que su alma (mens) y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del Estado es, pues, la libertad (Spinoza, 2008, XX, pp. 414-415).[10]

Tal y como es caracterizada en este pasaje, la libertad es en primer lugar una redención del miedo, esto es, de la amenaza representada por los otros[11]. En segundo lugar, implica el uso de la razón por parte de cada uno de los individuos, pues si tenemos en mente las páginas de la Ética en este contexto, comprenderemos que, al liberarse del miedo, el ser humano se libera de la impotencia anímica que este afecto le imprime a su pensamiento y por tanto es capaz de razonar de modo óptimo.[12]

Ahora bien, como se ha dicho, en época de Spinoza ya había un desarrollo notable de las relaciones político-económicas entre diversos estados de diferentes partes del planeta, pero no existía un sistema interestatal como el contemporáneo, cuya cristalización la podemos remitir al final de la Primera y Segunda Guerras Mundiales. El modelo de las relaciones interestatales que él pensó es el de la articulación del poder estatal desde el interior de una sociedad civil hacia afuera, primero en la forma en la que se constituye un imperium que la rige y luego, a partir de ese eje de soberanía, en su contacto con el exterior. Sin embargo, el régimen internacional contemporáneo existe gracias a que el modelo del estado-nación se extendió a sociedades en todas partes del mundo a través del modelo colonial de imposición organizativa de una estructura[13] que precisamente por su carácter de imposición fue estructurado “desde” afuera hacia adentro, es decir, a la inversa de como lo plantea Spinoza.

Esto muestra que los estados que nacieron de un proceso colonial fueron los primeros en experimentar cómo su poder se estructuró desde afuera. Hoy en día, en una sociedad interconectada a escala global, el poder estatal comienza a ser afectado en el sentido de que la estructuración de su poder no sólo depende de las dinámicas internas sino también de las externas y a veces éstas últimas son decisivas, como lo experimentó el siglo XX con la Guerra Fría.[14] No sólo sigue estando estructurado el poder de estados con pasado colonial desde una constante influencia externa,[15] sino que poco a poco la cuestión de la soberanía del estado comienza a ser replanteada en el marco de las posibilidades de pensar la ley internacional y las condiciones bajo las cuales sea efectiva (Hessler).

En el párrafo 9 del capítulo segundo del Tratado Político, Spinoza describe las características de la autosuficiencia, diciendo que:

uno depende de otro todo el tiempo que dura su sumisión al poder de este último y depende de sí mismo cuando puede rechazar la violencia, castigar como mejor le parezca el daño que le infieren y vivir en general de acuerdo con su propio temperamento (Spinoza, 2004, II, § 9, p. 43).

En este contexto se refiere al derecho natural del individuo. Más adelante, sin embargo, en el parágrafo 15, Spinoza dice que, puesto que el derecho natural implica la autosuficiencia del individuo, debemos concluir que, o es inexistente, o es un simple ente de razón, porque los seres humanos no son autosuficientes y necesitan de la vida en comunidad. Sólo podría pensarse el derecho natural al estar determinado (negativamente) —es decir, limitado— por las relaciones establecidas dentro de cada comunidad.

Esto rompería la analogía entre individuo y estado porque, mientras que el individuo no es en sí autosuficiente, la construcción de un poder soberano hace a una sociedad capaz de independencia y autosuficiencia, al menos de un modo mucho más firme que en caso del individuo. Con ello no creo que Spinoza estuviese negando la evidente relacionalidad que implicaba la vida estatal en su tiempo, los Países Bajos eran un ejemplo de cómo estas relaciones aportaron a su fortalecimiento e independencia. Lo que sí es patente es que considera que el poder soberano es el eje del manejo y administración de esas relaciones. En ese sentido, la soberanía es el fundamento de la independencia, que todavía podía pensarse de un modo más nítido en su época.

En nuestros días, parece que la situación histórica que nos ha tocado vivir hace posible que la analogía individuo-estado sea procedente completamente, porque los estados ya no son autosufientes en el sentido de que, para poder existir y mantenerse, deben apelar al contexto de una red de relaciones interestatales, dependiendo de ella.[16] Así, aunque formalmente los estados reconocidos como tales son “soberanos” esta formalidad esconde realmente la desproporción de poder de estados anteriormente objetos de una explotación explícitamente colonial y los estados fortalecidos por su propia política colonial. La filosofía de Spinoza nos exige repensar la geometría del poder establecido a escala interestatal como un medio indispensable en la nivelación de tal desproporción de poder. Esta reestructuración debe tener en cuenta entonces los modos en los que se ha construido interestatalmente el poder y no puede atenerse simplemente a un examen del potencial de la multitud, sino que exige una comprensión de los modos en cómo este potencial se concretiza institucionalmente, dentro y fuera de un estado.

Daniel Maldonado Juárez

 

NOTAS


[1] Así es como entiendo la famosa sentencia del capítulo I del Tratado Político, en la que Spinoza reprocha a los filósofos el haber construido ciudades imaginarias por no partir de la experiencia misma. Es decir, no me parece que aquí quiera decir Spinoza simplemente que la imposibilidad de esas ciudades sea por su mera idealidad, sino que al no ser extraída de la vida política efectivamente determinada los filósofos han partido de determinaciones falsas, inexistentes. En ese sentido, la reflexión política estaría obligada a partir de las determinaciones de una situación que consiste en una articulación concreta de relaciones de poder.

[2] Y ello a pesar de que, como dice Vittorio Morfino (p. 41), no hay propiamente una tematización explícita del problema de las relaciones en los escritos de Spinoza.

[3] Aunque en pasajes como el citado de la Ética no encontramos la expresión “relaciones de poder” hay que tener en cuenta que Spinoza habla de dos instancias que nos permite usar dicha expresión para sintetizarlas: por un lado, habla del derecho natural de cada individuo como un proceder según la operatividad de la naturaleza propia (lo que manifiesta una potencia individual, como señala en el capítulo II del Tratado Político) y que es limitado en el contexto de una comunidad civil; por otro lado, habla de la necesidad de colaboración o solidaridad para lograr la seguridad, lo cual conlleva precisamente una serie de relaciones establecidas entre los miembros de dicha comunidad.

[4] Esta diferenciación en modalidades del poder es fundamental para comprender precisamente las características esenciales del Estado y su relación con la ley civil (Walther, p. 657).

[5] Recordemos que en el estado civil los individuos son denominados ciudadanos en la medida en la que gozan de “ventajas” otorgadas por la ley y súbditos en la medida en la que están obligados a “obedecer” las reglas establecidas por las leyes (Spinoza, 2004, III, § 1, p. 49). Así que esta doble situación ante la ley es lo que propiamente funciona como reorganización del poder de los inidviduos.

[6] Las cursivas son mías. Recordemos que en el inicio de este capítulo Spinoza dice: “La condición propia de un Estado (Imperii) cualquiera se denomina [estado] civil, el cuerpo íntegro del Estado se llama ciudad (civitas), y los asuntos comunes del Estado que dependen de quien ejerce el poder público, cosa pública (res publica)” (Spinoza, 2004, III, § 1, p. 49). Además, hay que recordar que en el siglo XVII civitas conlleva el sentido de “sociedad civil” para los tratadistas de tendencia republicana. Sentido que tendría su origen en la traducción de Leonardo Bruni de un pasaje de la Política de Aristóteles a partir de la cual se comenzaría a evocar en esta palabra latina el contenido de la antigua polis “revivida” en Florencia, según el gran Humanista. Así que civitas además del contenido republicano y constitucionalista, adquierió el sentido de una comunidad independiente (Silverthorne, p. 681). Atilano Domínguez traduce civitas como sociedad (Spinoza, 1986, pp.99-109), mientras que Edwin Curley la traduce como Commonwealth (Spinoza, 2016, pp.517-524), por su parte, Andrea Sangiacomo la traduce como Stato (Spinoza, 2010, pp. 1648-1660). Me parece relevante este asunto porque yo me pregunto si en este pasaje Spinoza no está haciendo alusión al proceso mismo de generación del estado confederado de los Países Bajos, indicando con ello, veladamente, que dicho proceso sólo culmina si se establece un imperium que rija sobre todas las ciudades confederadas, antaño completamente independientes.

[7] El subrayado es mío.

[8] El Tratado de Westfalia data de 1648 y es el que selló el fin de la guerra de los Treinta Años, acontecimiento en el que se consuma el establecimiento del sistema moderno de estados que finalmente reemplaza al Sacro Imperio Romano, con su ideal de una Europa unificada bajo el estandarte del catolicismo. De este modo, se considera que los estados son soberanos y tienen derecho sobre su territorio y población, de lo cual se deriva el principio de no intervención en los asuntos internos de cada estado y se considera que entre los diferentes estados esta soberanía les hace formalmente iguales (Lamb & Robertson-Snape, pp. 323-324).

[9] En función de que afectos como el odio, la cólera o la envidia los predisponen a tal relación de oposición (Spinoza, 2004, II, §14, p. 44

[10] Cursivas mías.

[11] Una redención que no puede ser total, porque el miedo se requiere siempre en cierta medida para obligar al cumplimiento de la ley. Sobreviviría no como un miedo hacia los otros, sino al castigo por la infracción.

[12] Sin olvidar que en algunos pasajes de la obra spinozista “razón” también se usa como aquella capacidad reflexiva de apresar lo conveniente para un individuo.

[13] De ahí que yo prefiera hablar de relaciones interestatales y no internacionales, bajo el entendido que la nación no es el elemento fundamental en términos de estructuración de poder, según lo vemos expuesto en las obras de Spinoza.

[14] Cuyo impacto determinó la adopción de una serie de políticas para lidiar con el enfrentamiento de las dos grandes potencias, aún en el caso de aquellos países que fundaron y se integraron al Movimiento de los No Alineados, cuyo objetivo era conseguir la mayor independencia posible.

[15] En la misma proporción como el poder de las llamadas “superpotencias” a escala mundial dependen de su acción sobre el exterior.

[16] De alguna forma, los estados siempre estuvieron en relación entre ellos, pero sólo en las circunstancias actuales se han vuelto tan estrechamente interdependientes.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Silverthrorne, M. J. (1991) Civil society and State, law and rights. Some Latin terms and their translation in the Natural Jurisprudence Tradition en Dalzell, A.; Fantazzi Ch.; Schoeck, R. J. eds. Acta Conventus Neo-Latini Torontonensis: Proceedings of the Seventh International Congress of Neo-Latin Studies. Toronto 8 August to 18 August 1988. New York: Center for Medieval and Early Renaissance Studies / State University of New York at Bighamton, 1991, pp. 677-687.

 

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Spinoza y la pasividad dentro de la estructura material del pensamiento

 

Por: Johanna Rodríguez Rangel

La imaginación  dentro del sistema spinozista, es una condición natural e inherente al ser humano, es el primer régimen natural del alma que se caracteriza por ser una cosa singular existente en acto en donde se piensa con cierta pasividad y recepción, su orden al igual que el del entendimiento pertenece a un orden causal del pensamiento, dentro de éste régimen natural dotado de pasividad el alma se encuentra dominada por las afecciones que forman ideas confusas o fragmentadas que llevan al hombre a la pasión.

Cuando nos encontramos en la imaginación el alma solo es capaz de percibir mediante un impulso que no viene de ésta, sino de causas externas. El sujeto que imagina solo conoce del mundo una realidad fraccionada misma que está en constante movimiento según las afecciones de éste por lo cual vive inmerso en un mar de opiniones sobre las cosas no en tanto lo que son ellas en sí mismas, sino según el modo en que le afectan, es por eso por lo que se dice que vive permanentemente en la ilusión.

Las ideas de la imaginación son tan objetivas como cualquier otra, pero estas se forman dentro de un contexto desordenado y confuso, siendo así que  las ideas propias de la imaginación son las ideas inadecuadas,  se les dice  de esta manera a lo largo de la Ética, puesto que dentro del spinozismo una idea no puede ser llamada falsa, —como ya se había menciona antes—ya que inmersos en la falsedad no existe nada que pueda ser positivo, y basada en  la proposición XXXII de Ética II, es posible decir que la ideas inadecuadas son simplemente un conocimiento parcial y confuso de las cosas, pero a su vez se siguen con la misma necesidad que las ideas adecuadas (por la proposición XXXVI de Ética II) puesto que tienen también una relación causal entre ellas. Con esto se afirma de igual forma que tanto los errores como las verdades se siguen necesariamente respecto a su relación con Dios y con el individuo mismo.

 

Si bien como se ha dicho anteriormente dentro del régimen de la imaginación el sujeto parece comportarse pasivamente pues cree que piensa, veremos que según se va desarrollando el argumento spoinozista, el filósofo terminara por decirnos que el alma no es completamente pasiva cuando se ubica en este régimen, pero señalara que finalmente éste [régimen de la imaginación] termina por desaparecer, ya que hay una parte perfecta del alma la cual persiste más que la otra[1].

Según lo planteado en la Ética, Spinoza dice que el alma obra con ciertas cosas y padece con otras, en el obrar la acción queda implícita, así como en el padecer la pasividad se establece. Aquello que nos lleva a obrar son las ideas adecuadas, en contraste lo que nos lleva a padecer son las ideas inadecuadas, el situarnos dentro de la imaginación hará que nuestra potencia de obrar se vea disminuida y el sujeto que se ubica en este padecer es aquel que se deja arrastrar por sus pasiones.

Es así que el sujeto de la imaginación tiene un conocimiento vago de las cosas que le hace poseer de estas con menor inteligibilidad su esencia mientras más pasivo sea, pues el origen de las ideas inadecuadas  que se forma de  las cosas se da a partir de sensaciones aisladas que no surgen por la fuerza del entendimiento sino por causas externas que afectan al cuerpo, ya se ha dicho la manera en que se puede salir de este estado imaginativo: es por la fuerza del entendimiento, pero se debe agregar que también es posible hacerlo por la intervención de otro cuerpo que aumente nuestra potencia de obrar y nos saque así de esta pasividad. [2]

Si bien se ha dicho que las ideas del entendimiento y de la imaginación se siguen necesariamente unas de otras y que ambas pertenecen al mismo orden causal, de forma que la esencia de las ideas que son adecuadas en el alma de algún individuo lo son así mismo en Dios. Las leyes por las cuales opera el entendimiento en el alma son leyes diferentes a las que la imaginación le imprime, aunque ambas sean determinadas y necesarias, dado que esta solamente la envuelve de pasividad, como cuando la mente común persigue aquellas cosas que cree como bienes necesarios, sean estos placer, honor o riqueza, lo único que ocupa sus pensamientos, —a condición de que lo propio del sujeto es pensar—,  es la búsqueda de  éstos supuestos bienes haciendo lo que se esté a su alcance por conseguirlos, con lo que se deja de lado a la reflexión y se disminuye su potencia de obrar atándolo a la mera pasión.  El sujeto obra necesariamente según las ideas adecuadas que posee, y padece necesariamente según las ideas inadecuadas que contenga el alma.

Mientras el alma se esfuerza por seguir imaginando va aumentando la potencia del cuerpo, por lo que se puede decir que de alguna forma es esto un modo de afirmar la existencia, siendo un modo de ser en el mundo que se representa por medio de la imaginación de tal manera que no es completamente real y consiste en entregarse solo a un mundo superficial, en el que se somete a un orden mundano por lo que pasa es un ser del mundo.

La pasividad viene de todo aquello que actúa desde fuera, en cierta medida es constitutiva del ser humano considerando que en este hay siempre una mezcla entre la acción y la pasión. Esto quiere decir que no en todo momento somos causa adecuada de nuestros afectos y por ello no somos plenamente activos. Puesto que al formar parte de la Naturaleza padecemos mutaciones que nos hacen acomodarnos a lo que exige el orden común de ella, con lo cual nos hallamos sometidos necesariamente a las pasiones para seguir dicho orden.

La fuerza de estas pasiones entonces se va a explicar con base a la potencia que tiene las causas exteriores sobre la nuestra, dicho de otra manera, el ser humano es capaz de controlar también estas pasiones para poder encajar en el orden natural de las cosas por el mero instinto de sobrevivencia  — así por ejemplo, como podría explicarse en las teorías sobre la evolución, aunque de manera inversa porque en ellas parece que la potencia de los sujetos por existir es mayor, cosa que en Spinoza sucede que a veces la potencia de la causa es externa es mayor a la nuestra y es por ello que nos seguimos dejando llevar por la pasión —  pero Spinoza lo nombra como un esfuerzo por perseverar en existir:

 

“La fuerza y el crecimiento de cualquier pasión y su perseverancia en existir, no se definen por la potencia con que nos esforzamos por perseverar en existir, sino por la potencia de la causa externa comparada con la nuestra”[3]

 

Examinando ahora la fuerza del entendimiento cabe decir, que este tiene sobre las pasiones cierta superioridad —como la tiene sobre la imaginación — con el propósito de utilizarlas para cumplir con sus propios intereses pues las pasiones existen en función de la potencia del cuerpo[4], pero las pasiones y los afectos pueden llegar también   a superar las otras acciones del hombre cuando se definen por la potencia de la causa externa en comparación con la nuestra[5]

En el caso de la potencia de obrar <<conatus>>, puede verse aumentado o disminuido por la relación con otros cuerpos, fundado el deseo que se ejerce sobre ellos es así como nuestra acción se somete a los objetos de forma que, las causas exteriores toman mayor fuerza sobre nuestra alma, nos hacemos dependientes de los objetos con lo que nuestro ánimo se ve esclavizado a lo que sucede en relación con dicho objeto.

Aun con ello es necesario recordar que este sometimiento no es propio de las cosas, más bien proviene del interior del sujeto que deposita en la cosa juicios de valor según la forma en estas le afecten.

El amor — visto desde el ética spinozista— puede ser una de las afecciones que bien pueden explicar la pasividad con que el sujeto se somete a las pasiones, pues es propio del sujeto amoroso entregarse meramente a la contemplación del objeto de nuestro amor, en cual depositamos más bien un deseo finito, seria tal vez uno de esos bienes como los que Spinoza menciona en  el inicio del TIE  que no nos llevaría a la beatitud y que más bien nos mantiene dentro del régimen de la imaginación.

Para alejarnos de los afectos que nos mantienen dentro de la pasividad y que a su vez no nos dan más que un conocimiento parcial de las cosas, es necesario oponer afectos más fuertes, pero algo que también influye dentro de estos es la temporalidad, pues estos suelen ser más fuertes mientras imaginamos sus causas como presentes, y tienden a debilitarse según la lejanía en el tiempo de su imagen pues mientras más lejos se encuentren del sujeto, menos lo podrán afectar.

Es propio entonces que la imaginación se presente a los objetos regularmente como presentes, y es también por esta  importancia que se le da al tiempo en este régimen imaginativo, que se elimina la necesidad de las cosas convirtiéndolas en azarosas y contingentes lo cual ha de conducir al individuo a la irracionalidad misma, cada vez más alejado del entendimiento y una vez que el sujeto se deja llevar por las pasiones propias de la imaginación, solo se entrega más a la pasividad conociendo cada vez menos.

En la medida en que las pasiones nos arrastran a la pasividad y limitación del pensamiento, también llegan a coartar nuestras acciones, pues en este caso es el deseo quien modifica   nuestra conducta dado que nuestro conocimiento del mundo es inadecuado, no se puede obrar y en ese caso lo único que se hace es padecer.

Con esta conducta de servidumbre en la que permanece el sujeto pasivo, no se plantea en el pensamiento de Spinoza la existencia de pulsiones que pueden dar un visón fragmentada de la actividad del sujeto, pues existe solo una, lo que hay son más bien modos de conducta pasiva que no se explican exclusivamente desde el sujeto, sino que más bien necesitan de la acción de las cosas externas sobre nuestro cuerpo par a poder sin entendidos.

En la medida en que el sujeto es tanto extensión como pensamiento, otra parte importante dentro de la imaginación y la pasividad es la corporalidad, el papel que juega el cuerpo dentro de este movimiento pasivo del conocimiento. Es en la Ética en donde Spinoza hablara sobre la raíz de la corporalidad, primero mencionando que el recibir una afección cualquiera en el cuerpo, no  significa que se tenga la idea adecuada del cuerpo externo, de forma que alma imagina un cuerpo externo en la medida que no tiene el conocimiento adecuado de éste y solamente considera los cuerpos externos a partir de las afecciones que tienen en su propio cuerpo, lo cual no implica que se tenga el conocimiento adecuado de éste, es decir, sigue imaginando.

 

“El alma humana no percibe ningún cuerpo externo como existente en acto, sino por las ideas de las afecciones de su cuerpo”[6]

 

El papel del cuerpo entonces dentro del conocimiento de la imaginación es como un mediador que se sitúa entre la idea, que es a su vez inadecuada, y la realidad corpórea, así como también se presenta como un objeto para el mismo conocimiento imaginativo. Así, mientras dura el cuerpo, el alma puede concebir afecciones del cuerpo como actuales, puede imaginar y acordarse de las mismas afecciones, y además concebir cuerpos externos como existentes en acto en tanto el suyo dura, con lo cual parecería que a través de la imaginación cuerpo toma presencia ante el sujeto y el alma existe. Pero esta idea ha de suprimirse más adelante como lo explica Spinoza en Ética II, pues el alma no se destruye con el cuerpo, ya que lo que en ella subsiste es algo eterno[7].

En este punto encontramos una diferencia entre la concepción de alma y cuerpo, en la forma en que Descartes los describía pues el alma no es una forma del cuerpo y no están separados el uno del otro, más bien forman una unidad. Pues para Spinoza el cuerpo es aquello que determina el contenido y la potencialidad del alma. En esta unidad de alma y cuerpo, cada uno posee su propia esencia  orden causal y expresan el mismo orden causal de dos distintos modos:  el campo del cuerpo es el campo de las acciones y el del alma el de los pensamientos, pero no puede uno actuar sin el otro.

El cuerpo humano es mera acción y movimiento y para su conservación se necesitan de otros cuerpos externos, que no alteran la identidad individual de cada uno. Aun cuando cuerpo y alma no estén separados, cada uno de ellos posee autonomía con respecto al otro en el campo de la individuación, pero así mismo la identidad y perfección del alma, tiene una relación de dependencia con la identidad del cuerpo y viceversa.

En conclusión, el cuerpo funciona como un medio de conocimiento para el régimen de la imaginación que se vale de la afección de otros cuerpos con respecto a él. La pasividad de la que se reviste el conocimiento imaginativo no es meramente consecuencia del carácter receptivo del cuerpo, o sea, no hay una pasividad total en este, por el hecho de que debe existir una acción y reacción de las cosas externas que no afectan, pues no es que solo queden impresas en él, también se requiere cierto trabajo por parte del cuerpo.

NOTAS

[1] Et V, p. XL, corol.

[2] TIE 84

[3] Et IV, p. V

[4] Tejedor Campomanes César. Una antropología del conocimiento. Estudio sobre Spinoza.  Ed. Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas Madrid, 1981. p.86

[5] ET IV, p. VI, demos.

[6] ET II, p. XXVI

[7] ET II, p. XXIII

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Tejedor Campomanes César. Una antropología del conocimiento. Estudio sobre Spinoza.  Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas Madrid, 1981.
  • Spinoza (2008). Ética demostrada según el orden geométrico. México. FCE.
  • Spinoza, Baruch. (2014). Tratado de la Reforma del Entendimiento. Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos. Madrid: Alianza.

 

Mesa V: Críticas y problemas planteados a la filosofía de Spinoza / Critiques and problems presented to Spinoza’s philosophy

I. ¿El asilo de la ignorancia o la facultad de juzgar? Sobre las críticas de Kant al tratamiento de la teleología en Spinoza.

Miguel Joséiván García Contreras, Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa

Resumen: En la segunda parte de su tercera crítica, Immanuel Kant aborda el problema de la teleología, concluyendo que ésta no es nada más que una regla que, al lado del mecanicismo, se introduce en la facultad de juzgar, para que esta última pueda hacer sentido de los fenómenos y ayude al sujeto a comprender el mundo. Esto lleva a que Kant dirija una serie de críticas a la filosofía spinozista, sobre todo a la negación de toda teleología, resultado de considerar como fundamento una substancia única en la cual todo es y que está determinada por su sola naturaleza. Argumentando que, al ser la teleología sólo una regla que se le pone a la facultad de juzgar y, al carecer el ser humano de las facultades cognoscitivas para negarla absolutamente, no se la puede descalificar, pero sí limitar y encontrar condiciones específicas bajo las cuáles pueda considerarse como un juicio válido. En el presente ensayo se expondrán de manera breve: 1) el argumento de Kant a favor de la misma (sobre todo en la Dialéctica de la Facultad de Juzgar Teleológica), a la par que se hace mención a algunos pasajes del apéndice al primer libro de la Ética de Spinoza y 2) las críticas que dirige contra el primero.

Title:  Asylum ignorantiae or the faculty of judge? On Kant’s critiques to the Spinoza’s treatment of teleology.

In the second part of his third critique, Immanuel Kant aproches the problem of teleology, concluding that this is not more than a rule that, next to mechanisism, is introduced in the power of judgment, so the latter can make sense out of phenomena and help the subject to undestand the world. This leads Kant to conduct a series of critiques towards Spinoza´s philosophy, especially to a negation of all teleology, result of  deem as foundation one substance as unique in which everything is and it is determined by its own nature. Arguing that, at teleology being only a rule that is put on the power of judgment and, the human being lacking the cognitive faculties to absolutely deny it, teleology can not be disqualify, but it can be limited and we can find specific conditions in wich it can be considerated as a valid judgement. This essay briefly presents: 1) Kant´s argument in favor to the same (mainly  in the Dialectic of the Power of Teleological Judgement), simultaneously the mention of some passages from the appendix in the first book in Ethics by Spinoza and 2) the critiques that he steers towards the first.

 

II. La querella del panteísmo

Ana Eugenia García Vidal, Universidad Autónoma Metropolitana – Izatapalapa

Posteriormente a que John Tolland creara el término “panteísmo” y englobara a Spinoza como parte de él se tiende a considerar la filosofía spinozista como panteísta; especialmente durante la modernidad, después del Pantheismusstreit, la filosofía de Spinoza es considerada el punto álgido del panteísmo. Aún en interpretaciones más recientes se le sigue considerando como panteísta, por ejemplo, Russel en Historia de la filosofía occidental, considera que  las consecuencias de tener un sistema filosófico con una única sustancia es que “de esta forma se ve arrastrado Spinoza a un panteísmo completo y sin atenuaciones”. A pesar de que la filosofía ha decidido etiquetar de esa forma a Spinoza, queda por preguntarse ¿es en verdad la filosofía de Spinoza panteísta?  Éste ensayo pretende mostrar los principales motivos por los cuales se ha clasificado la filosofía spinozista como panteísmo, y buscar si estas nociones verdaderamente se encuentran en la obra del filósofo, o son resultado de interpretaciones sesgadas.

Title: The Pantheism controversy

After John Tolland created the term “pantheism” and encompassed Spinoza as part of it, is a tendency to consider the spinozist philosophy as pantheist; especially during modernity, after the Pantheismusstreit, Spinoza´s philosophy is considered the summit of pantheism. Even in recent interpretations he is still considered as a pantheist, e.g. Russell in History of Western Philosophy considers that the consequence of having a philosophical system with a single substance is that “ in this way Spinoza is dragged in to a complete pantheism and without attenuations”. Nonetheless philosophy has decided to label Spinoza that way so it remains to be asked, Is Spinoza´s philosophy really a pantheist system? This essay aims to show the main reasons why spinozist philosophy has been classified as pantheism, and to seek if these notions are truly found in Spinoza´s work, or are the result of biased interpretations.

 

III. Spinoza y lo divino.

Eduardo Alonso Ledesma Ibarra, FFyL, UNAM

 

La recepción de la obra de Spinoza en Alemania significó el inicio de una de las disputas filosóficas más importantes de la historia. El encuentro con una de las filosofías más fecundas y potentes de la modernidad significo el origen de tránsitos intelectuales capaces de cimbrar, con mucha fortuna, los cimientos de la teología. Ello dió pie al germen de sofisticados rigores filosóficos manifiestos en la compleja cultura derivada del desarrollo y auge del Idealismo Alemán. Desde Goethe y Schiller, pasando por las constantes lecturas críticas de los hermanos Schlegel, hasta las profundidades metodológicas de Lessing. El contacto con el pensamiento del autor proscrito por la comunidad sefaradí manifestó la penetración de sus hondas raíces en autores tan importantes como Kant, Fichte, Schelling, Hegel y Schleiermacher, por tan sólo mencionar a algunos de los más relevantes.

La lectura de este último es el foco de nuestro interés, específicamente el esfuerzo teórico que significo la construcción de una metodología que permitiera la reflexión en torno al concepto de lo divino a partir de una problematización del concepto de Dios. A partir de un franco diálogo con los estudios y documentos teológicos de Lessing, podemos hallar en la obra de dicho autor el germen de las bases fundamentales y más estrictas de la filosofía de la religión más consolidada de su tiempo.

Este trabajo pretende indagar y hacer patente la influencia de Spinoza en el pensamiento de Schleiermacher, con base en el contrapunteo que significó para este último la lectura del gran referente de su tiempo en materia de teología, Lessing. Nos enfocaremos únicamente en los textos más conocidos, estudiados, traducidos e influyentes de Schleiermacher en español, valorados por su relevancia e influencia en la obra de autores como Kierkegaard y Feuerbach. Trataremos de construir un foco especulativo específico que nos permita fondear la relación de un autor, relativamente poco estudiado en español, al dar cuenta de su pertinencia en discusiones poseedoras de evidentes vasos comunicantes con los estudios filosóficos en nuestro idioma.

Title: Spinoza and the Divine

The German reception of Spinoza´s work meant the beginning of one of the greatest important philosophical disputes in history. The meeting with one of the most prolific and powerful philosophies signify the origin of intelectual pathways capable of settle, with a lot of fortune, the basis of teology. Thus gave rise to the germ of sophisticated philosophical rigors in the complex culture derivated from the development and heyday of the German Idealism. Since Goethe and Schiller, trough the constant critical readings by the Schlegel brothers, as far as the methodological dephts from Lessing. The contact with the thought of the autor banned by the sepharadic community manifested the penetration of his deep roots in autors as important as Kant, Fichte, Schelling, Hegel and Schleiermacher, to mention some of the most outstanding.

The reading of the latter is our main interest, specifically the theoretical effort that meant the construction of a methodology that allows the reflection around the concept of the divine from a problematization of the concept of God. From a frank dialogue with the studies and the teological documents of Lessing, we can find in his work the germ of the fundamental and strictest basis of the philosophy of the largest consolidated religion of his time.

This essay aim to inquire and make evident the influence of Spinoza in Schleiermacher´s tought, based on the counterpoint that meant for the latter the reading of the great reference of his time in matter of theology, Lessing. The essay will only be focused in the most known, studied, translated and influential works of Schleiermacher in spanish, apraissed by its relevance and influence in the work of autors such as Kierkergaard and Feuerbach. We will try to frame a speculative focus that allow to study in deep the relation of an autor, relatively little studied in spanish, by realizing its relevance in discussions who posesses communicating vessels with the philosophical studies in spanish.

 

IV. La filosofía de Spinoza como dogmatismo al interior del idealismo de Fichte.

Francisco Javier Cano – Universidad de Guanajuato

Para el idealista alemán Fichte, sólo existen dos posibles sistemas filosóficos, el dogmático e idealista, el primero habrá de proceder desde la suposición de la cosa como principio explicativo de la experiencia y el segundo habrá de suponer como principio explicativo la inteligencia, el objeto de este último habrá de ser pues, el yo puro. Como heredero inmediato del kantismo, Fichte se asume como un kantiano radical que deberá llevar el sistema kantiano hasta sus últimas consecuencias, cosa que a su ver, Kant no realiza. Así pues, para Fichte es necesaria una depuración de todo rastro de cosa en sí o dogmatismo del sistema kantiano.

Para Fichte, Spinoza representa el ejercicio más acabado y consecuente del dogmatismo y de esta manera la interpelación hacia el sistema spinozista se extiende en gran medida en la obra del alemán. Así pues, en el Fundamento – donde podemos ver una primera exposición de la doctrina de la ciencia así como los principios fundamentales-  el ejercicio de exposición Fichte se enfrenta a dos problemas fundamentales no sólo para los propósitos del alemán y su discusión con el spinozismo, sino también con la tradición que proviene y a su vez precede; la Sustancia y el Yo.

El problema fundamental del idealismo fichteano en torno a la sustancia única que en ultimo sentido es el Yo, así como la conciliación de la contradicción entre el yo finito e infinito representa el punto neurálgico de la discusión entre el idealismo y el dogmatismo como Fichte lo entiende. Dicho de manera clara, para Fichte la interpelación del sistema spinozista resulta necesaria (incluso benéfica para su propio sistema) y creemos que la problematización que el alemán realiza de la sustancia y el yo como finito e infinito en sus diferencias con la filosofía de Spinoza resulta esencial para comprender la idea de filosofía que ambos autores pretenden levantar, misma que se manifiesta radicalmente contraria y es naturaleza practica: la libertad y el determinismo.

 

Title: Spinoza’s philosophy as dogmatism inside the Fichte’s Idealism

For the german idealist Fichte, it exclusively exist two possible philosophical systems, the dogmatic one and the idealist, the first should proced in the assumption of the thing as an explainatory principle of the experience and the second in the assumption of the inteligence as an explanatory principle, the object of the latter should be, indeed, the pure being. As an inmediate heir of the kantianism, Fichte assumes himself as a radical kantian who must take the kantian system to its last consequences, thing that as he sees it, Kant does not. Therefore to Fichte a depuration of all trait of the thing itself o the kantian system dogmatism, is a need.

For Fichte, Spinoza represents the most complete and consistent exercise of dogmatism and in this way the interpellation towards the spinozist system expands in great extent in the work of the german. Thus, in the Foundations –were we can see a first exposition of the doctrine of the science as well as the funadamental principles- the exercise of the exposition Fichte faces two fundamental problems not only  for the purposes of the German and to his disscusion with spinozism, but also with the tradition that comes and at the same time preceds; The substance and the Self.

The fundamental problem with the fichtean idealism concerning the unique subtance that in the last sense is the Self, as well as the concilliation of the contradiction between the infinite self and the infinite represents the central point in the discussion amid idealism and dogmatism as Fichte understands it. Stated clearly, for Fichte the interpellation of the spinozist system is necessary (even beneficial to his own system) and we belive that the problematization that the german makes of the substance and the self as an infinite and finte in its diferences with Spinoza´s philosophy comes out as essential to undertstand the idea of philosophy that couple of the autors intend to raise, wich is radically contrary and it is practical nature: freedom and determinism.

Mesa IV. Entre la instrumentalización y la potencialización del spinozismo en los movimientos políticos contemporáneos / Between instrumentalization and potencialization of the Spinozism in the contemporary social movements.

I. Sin miedo ni esperanza: por una militancia alegre.

Stefanía Acevedo Ortega

Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco

 

Resumen: En “Post-scriptum sobre las sociedades de control” (1990), Deleuze señala cómo se configura el deseo a través de modulaciones que se efectúan gracias a la conjunción entre el capitalismo y la evolución tecnológica. Ahí, los controles ya no son palpables, ahora son algoritmos, contraseñas, indicadores o cálculos que vuelven los vínculos entre los individuos y la vida misma en información cifra. ¿Sería posible pensar desde Spinoza la viabilidad de una militancia o acción colectiva que haga frente a la experiencia configurada por la sociedad de control y, en consecuencia, potencie otro tipo de vínculos? El objetivo de esta ponencia es explorar la factibilidad de una militancia más allá del miedo y la esperanza, revisando la propuesta spinozista sobre las pasiones y los afectos, con el fin de esbozar una propuesta que abrace radicalmente el ejercicio de la libertad como una tarea hacia lo incierto. Partiendo de que la posibilidad de seguir manteniendo vínculos se encuentra en riesgo, sobre todo en un Estado que potencia la tristeza y la pasividad a través del miedo y la violencia, creemos que la posibilidad de crear otro tipo de experiencia tendría que radicar justamente en las formas en que generamos afectos o pasiones colectivamente. La potencia hacia una acción colectiva surgiría, entones, de la composición de los afectos que acrecienten la potencia común.

 

Without fear and hope: for a joyful militancy

Abstract: On “Post-scriptum about the control societies” (1990), Deleuze indicates how it is configurated the desire through modulations that are realized by the conjunction between capitalism and technological evolution. Thus, controls are not tangible, now they are algorithms, passwords, indicators or calculations that become the links between individuals, and the life itself, into a numeral information. It could be possible to think, according to Spinoza’s theorical statements, the viability of a militancy or collective action that confronts the experience configurated by the control society and, consequently, enhance other types of links? The aim of this presentation is to explore the feasibility of a militancy beyond fear and hope, revising the Spinoza’s thinking about passions and affects, in order to sketch out a formulation that embraces the freedom exercise as a practice towards the uncertain. Because the fact that the possibility of maintaining links is in risk —specially in a State that enforces sadness and passivity through fear and violence— I think that the possibility of creating other kind of experience depends on the manners in which we generate collectively affects and passions. Thus, the potentia orientated to a collective action would emerge from the composition of affects that promotes the common potentia.

 

II. Incorporación y política. Finitud Plástica.

Hugo Alejandro Vega de la Torre, UNAM

 

En la Ética demostrada según el orden geométrico, Spinoza establece el carácter plástico del conatus: “y si varios individuos cooperan a una sola acción de tal manera que todos sean a la vez causa de un solo efecto, los considero a todos ellos, en este respecto, como una sola cosa singular.” La política se erige dentro de su sistema como el ámbito en que esta definición se hace efectiva en la figura del individuo compuesto, que incrementa la potencia para garantizar la duración del conjunto.

El hombre reconoce en sus semejantes la mejor oportunidad para incrementar su realidad, sin embargo, la idea que subyace es la de una plasticidad expresiva de los atributos de la sustancia: la naturaleza no queda determinada en sus modos concretos. No es la finitud la expresión de la sustancia infinita, se trata más bien de modos de expresión de la extensión que se amplían para satisfacer el derecho. Esta operación de prolongación de la finitud será llamada incorporación, pues involucra elementos inanimados por los que el hombre extiende su capacidad para afirmarse. El cuerpo es así, la configuración actual de la relación entre sujeto y mundo. Cuando el hombre se dirige al mundo, entonces los elementos inanimados del mundo son incorporados al individuo. Este trabajo pretende desarrollar las relaciones que integran al individuo como multiplicidad y que delatan su carácter plástico, pues considera también a los objetos como elementos de su extensión con los cuales hace efectivo su derecho. La política vendría a ser no sólo la relación entre individuos, sino la promoción de la integración entre el sujeto y elementos animados e inanimados en el plano de inmanencia. “El alma humana es […] tanto más apta cuanto de más maneras pueda estar dispuesto su cuerpo”.

 

Incorporation and politics. Plastic Finitude.

 

Abstract: On Ethics, Demonstrated in Geometrical Order, Spinoza states the plastic character of conatus: “if several individual things concur in one act in such a way as to be all together the simultaneous cause of an effect, I consider them all, in one respect, as one individual” (E, II, Def. 7). Thus, politics emerges into his system as the realm in which this definition is realized in the composed individual thing, that enhances its potentia to guarantee the continuity of the whole.

Man recognizes in his fellows the best opportunity to elevate his reality, but the idea which underlies in this statement is a plastic expressivity of the substance attributes: nature is not determined in its concrete modes. It is not finitude the expression of infinite substance, finite things are expression modes of the extension that expand to satisfy its right [or conatus]. This operation consistent in prolongation of finitude is named incorporation, because of it integrates unanimated objects by which humans improve their capacity to strengthen themselves. In this way, body is the actual configuration between subject and the world. When humans interact with the world, its unanimated elements are incorporated to each individual. This presentation pretends to explain the relations that integrate the individual as a multiplicity, and that manifest its plastic nature, cause the individual considers the objects as elements for his extension with which he realizes his right [conatus]. Thus, politics is not only the relation of the individuals but the support for the integration between subject and the animated and unanimated elements on the realm of the immanence.

 

III. Corpo-política del afecto en la performance feminista latinoamericana, reflexiones desde la propuesta de Baruch Spinoza.

Brianna Cano Díaz, Especialidad en Historia del Arte, Instituto de Investigaciones Estéticas UNAM- Oaxaca.

 

Resumen: La presente buscará exponer algunas reflexiones en torno a la epistemología del cuerpo desde la propuesta de Baruch Spinoza y las posibilidades teórico-políticas que ésta aporta a la reflexión del cuerpo performatico en la teoría del arte. Sus reflexiones en torno al cuerpo y al alma como dos instancias no separadas una de la otra, ni de la naturaleza de otros cuerpos, posibilitan entender al cuerpo performático como un cuerpo afectivo, que da cuenta de los intereses estilísticos de la performance feminista en Latinoamérica: cuerpos que pretenden exponerse como materia productora frente a problemáticas feminicidas y raciales, y que buscan producir en el linde formas de habla propias y situadas; visibilización encarnada de problemáticas político-corporales en un determinado espacio temporal percibidas como propias y colectivas a ciertos cuerpos. Sin embargo, para poder considerar estas reflexiones al interior del campo del arte, fue necesario un largo proceso teórico y práctico que posicionara el cuerpo como materialidad productora, haciendo posible entretejer la discusión contemporánea con la teoría spinozista y sus posibilidades políticas, desde una práctica afectiva en la actualidad.

 

Corpo-politics of the affects on the Latin-American feminist performance, reflections from Spinoza’s thought.

 

Abstract: In this presentation will be tried to expose some reflections about the epistemology of the body according to the Spinoza’s Thought, as the theorical-political possibilities that it contributes to the reflection about the performative body in the Art Theory. The Spinoza’s ideas about body and mind as two entities not separated between each to other, nor with respect to the other bodies [or minds] make possible the understanding of performative body as an affective body, which accounts for the stylistic interests of the feminist performance in Latin America: bodies that pretend to expose themselves as productive matter in front of feminicidal and racist questions, and that seek to produce, in the limit, forms of speech proper and situated; incarnated visualization of political-corporal questions in a determined temporal space as proper and collective to certain bodies. However, to can consider these reflections in the interior of realm of art, it was necessary a large theorical and practical process that sited the body as productive matter, making possible the interweaving of the contemporary discussion [about feminist performance] with the Spinoza’s Philosophy and its political possibilities from an affective practice nowadays.

 

IV. La apropiación sionista de Spinoza.

Edgar Daniel Maldonado Juárez, Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México

 

Resúmen: A pesar de que el pensamiento de Spinoza no ha sido de gran interés para los intelectuales y propagandistas sionistas, como ha sido el caso de otros filósofos y escritores, existe una serie de posturas dentro del sionismo que han mantenido una atención especial tanto sobre la obra como sobre la figura misma de Benedictus Spinoza. Esto no sólo se debe a la política cultural del estado de Israel de reivindicar como legado propio todo lo que tenga que ver con creaciones culturales, artísticas e intelectuales de personajes judíos de la diáspora, sino también con el hecho capital de que pesa sobre Spinoza la fama de ser el primer «judío moderno». De ahí también se desprende el interés por quien, de acuerdo con algunos de dichos sionistas, fue el primero en considerar a los judíos una nación. Así, se atribuye a Spinoza un precedente del sionismo tanto en la actitud crítica frente al judaísmo rabínico como en la consideración de que los judíos, más que conformar una comunidad religiosa conformarían un grupo social o nacional. En este contexto, se elaborará un examen general de estas reivindicaciones sionistas a partir de las ideas que Spinoza plasma sobre los judíos en el Tratado Teológico-Político, así como de las implicaciones de sus ideas políticas sobre la naturaleza del Estado y del concepto de Nación. Uno de los cometidos fundamentales es el de dejar expuesto que la apropiación sionista de Spinoza es el resultado del proceso de la invención de la figura de lo judío como algo étnico, además de una consideración de la filosofía spinozista como un pensamiento propiamente judaico (interpretación iniciada por Hegel). Sin eliminar la influencia cultural e intelectual que el medio judaico ejerció sobre Spinoza, se cerrará la ponencia planteando si acaso el seguir considerándolo como un “judío” sigue siendo legítimo, no sólo en el marco de esta apropiación identitaria de su pensamiento que lo liga a un nacionalismo agresivo, responsable de la colonización criminal de Palestina, sino también respecto a las connotaciones que dicha consideración introduce en la comprensión de su obra.

 

The Zionist appropriation of Spinoza

 

Abstract: Although the Spinoza’s thought hasn’t been of great interest for Zionist intellectuals and propagandists —like has been the case of other philosophers or writers— there are a set of postures inside the Zionism itself that has paid special attention to the work and the person of Spinoza, not only because of the cultural politics of the Zionist state of Israel —that reclaims as a legacy all the stuff concerned with cultural, artistic and intellectual creations of Jews” of the diaspora— but due to Spinoza has been called “the first modern Jew”. From this point arises the interest in a thinker who —according with some Zionists—supposedly considered, for first time, Jews as a nation. Thus, it is attributed to Spinoza to be an antecedent of Zionism as in the critical attitude towards the rabbinic Judaism as well as the consideration that Jews conform more a social group than a religious community. In this context, it will be realized an analysis of these claims as from the ideas that Spinoza sates about Jews on his Theological-Political Treatise, as well as from the implications of his political ideas about the nature of the State and the concept of the Nation. One of the aims of the presentation is to show that the Zionist appropriation of Spinoza is the result of the process of the invention of the “Jew” as an ethnical concept in addition to considering Spinoza’s philosophy as a Judaic thought (an interpretation that Hegel initiated). Without dismissing the cultural and intellectual influence that the Jewish environment had in Spinoza, the presentation will closed asking if it is legitimate to consider Spinoza as a “Jewish” thinker, not only in the context of an identitarian appropriation of his thought that links him with an aggressive nationalism —causative of the criminal colonization of Palestine— but also with respect to the connotations that it introduces to the understanding of his thought.

Mesa 3: Los dilemas de la sociedad, según el orden de la Naturaleza / The society’s dilemmas, according Nature’s order

I.Metafísica y Política con Spinoza

Ponente: Autor: Enrique J. Martínez C., UAM-I

Este trabajo investiga las relaciones entre la Metafísica y la Política en base al pensamiento del pensador Spinoza. Intentaremos mostrar que: “El perjuicio o beneficio del actuar humano depende del conocimiento que el sujeto que actúa tenga de sí mismo (Metafísica). Y por ello el proyecto de educación de la Escuela Nacional Preparatoria, de Gabino Barreda, debe considerar la enseñanza sobre los objetos no-sensibles, o afectos del alma humana (Política)”. En la primera parte [A], desarrollaremos el sistema filosófico espinosista, a partir de la clarificación y distinción de las proposiciones VI, VII y IX de la tercera parte de la Ética, y de los conceptos de Poder y Derecho en  Tratado Político y Teológico-Político. En la segunda parte [B] expondremos el proyecto de educación fundacional de la Escuela Nacional Preparatoria y analizaremos el fenómeno público de sus resultados actuales. En la tercera parte [C] se mostraremos la relación entre Metafísica y  Política con la persona de Spinoza.

Title: Metaphysics and Politics with Spinoza.

This work researches the relationships between metaphysics and politics, based on Spinoza’s thinking. We will try to prove that: “The damage or benefit of the human acts depends on the knowledge that the subject that acts, has of himself (Metaphysics). Thus, the educational project of the Escuela Nacional Preparatoria, from Gabino Barreda, must consider the teaching of no sensible objects, or human soul affections (Politics)”. In the first part [A], we will develop the spinozian philosophical system, from the clarification and distinction of the propositions VI, VII y IX of the third part of the Ethics, and by the concepts of Power y Right in the Political Treatise and the Theological-Political Treatise. In the second part [B], we will present the foundational educational project of the Escuela Nacional Preparatoria and analyze the public phenomenon of the actual results. In the third part [C] we will show the relationship between metaphysics and politics with the subject of Spinoza.

II.Sobre lo incesante del estado de naturaleza: soberanía y guerra en Spinoza

Rafael Muñiz Pérez, FFyL UNAM

Discutir sobre el sentido de la política incluye su posibilidad última, a saber, la guerra. Pero cabe la pregunta ¿Qué hay en la política que la guerra, ya sea civil o entre Estados, es siempre el correlato de toda consideración y es el horizonte de toda reflexión acerca de su naturaleza? Para Spinoza la soberanía y la guerra están engarzadas y mediadas por una concepción doble del estado de naturaleza: en primer lugar, en la medida que el estado de naturaleza se desprende directamente del derecho natural de cada individuo, es un estado que no cesa incluso con la instauración del derecho civil; en segundo lugar, en la medida que es insuperable, representa el horizonte último al que puede mirar el Estado y sus posibles disoluciones, el estado de naturaleza es la misma condición de posibilidad de la política como articulación y conflicto modal en el orden de la naturaleza, es el algoritmo fundamental que determina las instanciaciones posibles, los cuerpos políticos que efectivamente se configuran y destruyen dentro y fuera del Estado. A través de esa comprensión del estado de naturaleza que Spinoza se permite llegar a concebir la guerra como un derecho del Estado TP II §17, como un ejercicio de las supremas potestades (summa potestas) y, en el TTP, (XVII [III] p. 216; XVIII [I] p. 224) vincula la forma del Estado con la inminencia y frecuencia de la guerra civil, que es el extremo más violento que puede atravesar cualquier régimen, pues no sólo representa la posibilidad de su disolución, sino que ésta se sigue de su propia constitución, debilitándolo y sometiéndolo a lo que E4a afirma para todos los modos, la formulación más breve y acabada de la finitud como concepto ontológico que puede ser aplicada a cualquier tópico.

Title: About the relentlees of the nature state: soberany and war in Spinoza.

Discuss about the meaning of politics includes its ultimate possibility, namely, the war. But the question has to be asked, what does politics have that the war –civil or between states- it´s always the correlate of every consideration and the horizon of every reflection about his nature? For Spinoza, the sovereignty and the war are crimped and measured by a double conception of nature state:  first, inasmuch the state of nature detaches itself directly from the natural right of each individual, it´s a state that doesn´t cease, even with the intervention of the civil right; in second place, to the extent that it is insuperable, it represents the ultimate horizon that the state can look and his possible dissolutions, the nature state it´s the same possibility condition of the politics as linkage and modal conflict en the order of nature, it’s the fundamental algorithm that establishes the possible instantiations, the politic bodies that do configure and destroy themselves  in and out the State. Trough that comprehension of the state of nature, it’s that Spinoza achieves the conception of war as a right of the State (TP II 17), as an exercise of the supreme authority (summa potestas) and, with the Theological-Political Treatise, (XVII [III] p.126; XVIII [I] p.224) bounds the form of the State with the immanence and  frequency of civil war, which is the violent extreme that can subsist trough any regime, because it doesn’t only represents the possibility of its dissolution, but that it remains its own constitution,  weakening  and submitting it to what Spinoza himself says in E4a for every mode, the shortest and complete formulation of the finitude as an ontological concept that can be applied to any topic.

III.Spinoza. La ética y la pregunta historiográfica por la libertad.

Rodrigo Alonso López Rodríguez, FFyL, UNAM

Al encontrarme con el coloquio del seminario “Spinoza Mx”, me he propuesto contribuir al debate sobre el problema “de lo político en la filosofía de Spinoza”, a partir de una ponencia cuyo propósito es el de exponer algunos de los elementos indispensables que permitan, a mi juicio, emprender la discusión sobre una tentativa filosofía política de la historia. El punto de partida de la reflexión en torno al sustrato político de la pregunta historiográfica que interroga por las posibilidades actuales de una nueva filosofía de la historia versa, precisamente, en reconocer que la comprensión de la neutralidad axiológica del mundo propuesta siglos atrás por la metafísica spinozista, es el primer paso hacia el problema ético que identifica cómo el individuo es el único que tiene entre sus posibilidades el ejercicio pleno de su propia libertad, en tanto que es causa de sí mismo y no siervo de los afectos del mundo en el que vive.

Mi ponencia estará segmentada en dos problemas sucesivos. Las primeras páginas las dedicaré a una breve exposición de cómo la metafísica de Spinoza ubicaría al pensamiento histórico dentro del proyecto de una ética nueva. Sabemos que Spinoza no dedicó páginas extensas a desarrollar qué consideración debía merecer la historia ante el trabajo filosófico de su tiempo, sin embargo, es claro que dentro de su proyecto ético, Spinoza se rehusó a concederle un espacio de renombre a las estrategias tradicionales de la investigación historiográfica que le eran contemporáneas, por considerarles formas de un registro peculiar que replicaban con el orgullo de las éticas tradicionales la servidumbre del hombre ante los afectos que le hacen ininteligible su libertad.

A partir de la Ética demostrada según el orden geométrico y el Tratado de la reforma del entendimiento, dedicaré la segunda parte de mi ponencia cuestionar de qué forma es posible plantear, en nuestros días, un trabajo historiográfico que incorpore a sus estrategias de investigación la crítica a prácticas políticas patológicas que puedan asemejarse a formaciones actuales de los afectos en el mundo contemporáneo. La filosofía política de la historia, pues, a manera de corolario, emprendería una reconsideración de la ética spinoziana con el propósito de reformular el problema de la libertad del hombre actual, en predominio de emancipación de sí mismo.

 

Title: Spinoza. The Ethics and the historiographical question of the freedom.

In my encounter with the SpinozaMx´s colloquium, I have proposed myself to contribute to the debate about “the political issue in Spinoza´s philosophy” from a paper which propose is to expose some of the indispensable elements that allows, according to my judgment, to undertake the discussion of the tentative of the political philosophy of history. The starting point of the reflection about the political substratum of the historiographical question that interrogates the actual possibilities of a new history philosophy, treats, precisely, the acknowledge that the comprehension of the axiology neutrality of the world, that was suggested centuries ago by Spinoza´s metaphysics, it’s the first step to the ethic problem that identifies how the individual it’s the only one that has possibilities of the full exercise of his own liberty, to the extent that he is cause of himself and not a servant of the affections of the world.

 

My paper it´s going to be divided in two successive problems. I’m going to dedicate the first pages, to a brief exposition of how Spinoza´s metaphysics will collocate the historical thinking inside of a new Ethics project. We know that Spinoza didn´t dedicate much pages to develop which consideration should the history deserves in front of a philosophical project oh his time, nevertheless, it is clear that inside his ethic project, Spinoza refuses to give an important place to the traditional strategies of the historiographical research that he knew, because he regarded them as particular forms that replicated, with the pride of traditional ethics, the servitude of the human before the affections that make intelligible his own freedom.

 

From the Ethics and the Treatise of the emendation of the intellect, I will dedicate the second part of my paper to question in which form is possible to pose, in our days, a historiographical work that includes in his research strategies the critic to the pathological political practices that can assemble to actual contemporary formations of the affections. Political philosophy of history, so, in a way of a corollary, he will pursue a reconsideration of the spinozian ethics with the propouse of reconfigure the problem of freedom in real man, in benefit of his emancipation.

Mesa 2: Más allá de una promesa de vida democrática: La necesidad de la democracia en el pensamiento de Spinoza / Beyond a promise of democatric life: The necessity of Democracy in Spinoza’s thought

I. La democracia en un mundo neoliberal

Ponente: Ana Carolina Piña Zurutuza, FFyL, UNAM.

Aunque es claro que para Spinoza tanto las afecciones como la imaginación son fundamentos de la vida política, también es igualmente claro que él nunca hubiera imaginado el control que el capitalismo ha ejercido sobre los afectos de las personas estas últimas décadas. Spinoza sabe que, aunque ésta sea la forma de gobierno preferible, un régimen democrático perfecto es imposible.

Idealmente, la soberanía del Estado y la libertad y autonomía de los individuos no son incompatibles; podríamos decir que la potencia del Estado es equivalente a la potencia de los individuos dentro de él.  No obstante, no podemos ignorar los problemas a los cuales nos enfrentamos actualmente. El resurgimiento de los movimientos de ultraderecha, de la mano con el populismo, así como el recrudecimiento de la violencia, la falta de legitimidad del Estado, la privatización de recursos y servicios, etc., nos obligan a cuestionar el lugar, y hasta la propia existencia, de la democracia en todo este contexto.

¿Es imposible el replanteamiento de un gobierno democrático tal y como lo conoce Occidente? Y, de ser así, ¿dicha imposibilidad se debe a que ese tipo de régimen no es lo que “se necesita ahora”, o a que el propio escenario contemporáneo merma toda propuesta auténticamente democrática?

 

Title: Democracy in a neoliberal world

Even though it is clear that Spinoza regards affections as well as imagination as the basis of political life, it is also clear that he would have never imagined the amount of control capitalism has exerted on the affections of people in the past decades.  Spinoza knows that, even when this is the preferred government system, a perfect democratic state is impossible.

Ideally, State sovereignty and individual’s freedom and autonomy are not compatible; we could even say that the State’s might is equivalent to the might of the individuals within it.  Nevertheless, we cannot ignore the problems we face nowadays.  The resurgence of far right movements, hand in hand with populism, along with the upsurge of violence, lack of State legitimacy, privatization of resources and public services, etc. forces us to question the place and even the existence of democracy in this context.

Is it impossible to rethink a democratic government as the West conceives it? If so, is such impossibility because this kind of regime is not what “is needed now”, or because the contemporary scenario itself decimates every authentic democratic proposal?.

 

II. Para pensar la Democracia en la actualidad
Ponente: Apolo Márquez Villalobos.  FfyL – UNAM.

Como bien es sabido Spinoza, en su Tratado Político, por desgracia dejó inconcluso el capítulo correspondiente a la Democracia, sin embargo, considero pertinente aventurarme a escribir algunas conjeturas sobre este tipo de gobierno desde su perspectiva, pues dentro del Tratado Teológico-Político e incluso dentro de la Ética demostrada según el orden geométrico es posible rastrear algunas de sus principales características conceptuales que escribió sobre la Democracia y, de esta forma, intentaré hacer la relación con los gobiernos actuales.

Respecto al título de mi ponencia, con ‘actualidad’ me refiero a un período que abarca desde el final del siglo XX hasta nuestros días porque considero que es cuando el concepto de Democracia se vuelve muy relevante en los discursos políticos.

El trayecto de mi ponencia será el siguiente:

  1. Haré un breve recuento conceptual de la Democracia hasta llegar a la apropiación que los gobiernos de EE.UU. hicieron y hacen de ella identificándola con su concepto de libertad en términos de propaganda política.
    2. Señalaré la importancia del concepto spinoziano de ‘imaginación’ para entender la dinámica política desde el llamado Gobierno de los afectos.
    3. Intentaré responder, desde la filosofía política de Spinoza, la pregunta: ¿Existe algún gobierno realmente democrático en la actualidad? Haciendo énfasis en las consecuencias de pensar el cuerpo político sin la recurrente separación conceptual entre gobierno y sociedad civil.
    4. Mencionaré el peligro y la popularidad que están teniendo algunos gobiernos de países con tendencia al fascismo a través del manejo de ciertos afectos en los discursos políticos.

Title: Thinking Democracy in our time.

It is well known that, unfortunately, Spinoza left unfinished the Democracy Chapter in his Political Treaty, however, I think it proper to adventure and write some conjectures of this type of government from his perspective, since in the Political-Theological Treaty and even in the Ethics Geometrically Demonstrated it is possible to track some of the main conceptual features Spinoza wrote about Democracy and, in this manner, I’ll try to relate it with governments in the present.

In regard of the title of this lecture, I use the words “our time” to mean a period lasting from the end of the 20th Century until now, that is because I believe this is when the concept of Democracy becomes very much relevant on political discourse.

The course of my lecture will be the following:

  1. I will make a brief conceptual account of Democracy until the appropriation that US governments made and continue to make of it identifying it with their meaning of liberty in political propaganda terms.
  2. I will point out the Spinozian notion of ‘imagination’ to understand the political dynamic from the so called Government of affections.
  3. I will try, from Spinoza’s political philosophy, to answer to the question: Is there an real democratic government in the present?. Highlighting the consequences of conceiving the political body without the repeated conceptual separation between government and civil society.
  4. I will speak of the danger and popularity that some country’s governments with a fascist tendency are having, through manipulation of certain affections on political discourse.

III. La adhesión del afecto y el desconocimiento de las causas en el libro III de la Ética.

Ponente: Cuauhtémoc Gómez Calderón, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

En el aparato conceptual de Spinoza el cuerpo es el punto constitutivo de la experiencia con el mundo, entendido éste en su dimensión material y su dimensión de pensamiento. El cuerpo opera siempre a partir de la afirmación hacia la vida y la resistencia hacia la muerte, se ejercen siempre estrategias del conatus para hacer más consistente la potencia (III, 4-10). En esta empresa el cuerpo es siempre una configuración compleja del deseo , en tanto que es un determinado orden y conexión de ideas de afectos y afecciones del cuerpo. Por otro lado, el conjunto de afectos que éste experimenta se constituyen siempre en un entramado diferenciado de costumbres (II, 18; TP, I, 7): en un conjunto de relaciones sociales. En ese sentido un punto central en el despliegue argumental de Spinoza es que “ni el cuerpo puede determinar al alma a pensar, ni el alma puede determinar al cuerpo al movimiento reposo”(III, 2), de tal forma que la voluntad del alma no puede producir configuraciones del deseo libremente: existe siempre una determinación de estas configuraciones adheridas, instaladas, incorporadas a la individualidad (IV, 6).
La pregunta que guía este ejercicio de pensamiento se propone responder ¿cuáles son los mecanismos a través de los cuáles se constituye esta adhesión, instalación e incorporación de una configuración del deseo en el cuerpo? Considero que parte de la respuesta se encuentra de forma general en el libro III, y puntualmente en III, 14-18; complemento esta lectura sobre todo desde las valiosas indicaciones de Alexandre Matheron. El desconocimiento de las causas progresivamente produce un imaginario inadecuado, éste último a su vez refuerza el desconocimiento de las causas que nos determinan a desear. Este círculo vicioso de estructuras estructurantes y estructuras estructuradas puede llegar a tener consecuencias negativas en tanto productor de configuraciones conflictivas del deseo, considero que es evidente en al menos tres posibilidades: fluctuación permanente del ánimo, fijación del deseo y un colapso del deseo. El objetivo final de la ponencia no es otro que el ya contenido en la Ética , dejar que las pasiones dejen de ser tales en la medida en que formamos nociones claras y distintas de ellas mismas: hacer pues inoperantes los mecanismos difuminados, eufemizados u ocultos de la impotencia.

Title: The adhesion of the affectus and the ignorance of the causes in the book III of the Ethics.

In the Spinoza’s conceptual scheme, the body is the constitutive point of the experience with the world, the latter understood in its material and thought dimension. The body always operates towards the affirmation of life and resistance against death, these strategies are always exercised by the conatus, in order to make the potentia more consistent (III, 4-10). In this enterprise, the body is always a complex configuration of desire, insofar as it is a determined order and connection of ideas of the affections and affections of the body. On the other hand, the set of affectuus that the body experiences, are always constituted into a differentiated network of costumes (II, 18: TP, I, 7): in a set of social relations. In this sense, a central point in Spinoza’s argument is: “neither the body can determine the soul to think, nor the soul can determine the body to the movement and rest” (III, 2), in such way that the will of the soul cannot produce configurations of desire freely: there is always one determination of these configurations, adhered, installed, incorporated into the individuality (IV, 6)

The question that guides this exercise of thought is to answer, what are the mechanisms through which this adhesion, installation and incorporation form a configuration of desire into the body constituted? I consider that part of the answer is found, in general, in the book III (mainly, book III 14-18). I support this reading especially from Alexander Matheron’s valuable indications. The ignorance of causes progressively produce an inadequate imaginary, the latter strengthen the ignorance of causes that determine us to desire. This vicious circle of structuring structures and structured structures can have negative consequences as a producer of conflictive configuration of desire. I will argue that this is evident in at least three possibilities: permanent fluctuation of states of mind, fixation of desire and collapse of desire. At the end, the aim of this paper is none other than the Ethic’s central idea: to let the passions cease to be such insofar as we form clear and distinct notions of themselves. To make inoperative the blurred mechanisms, euphemized or hidden mechanisms of impotence.

 

IV. La radicalización de las democracias y la dinámica de afecciones. Un análisis del populismo desde Spinoza.

Ponente: Cristina Isabel G. Abogado Compean, Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa

Durante el siglo pasado los análisis y recuperaciones del marxismo proliferaron; entre todos los que aparecieron destacan los análisis de Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, quienes a lo largo de su trabajo decidieron realizar una suerte de deconstrucción del marxismo para presentar un proyecto de la radicalización de las democracias. Frente a y con ese proyecto aparecieron una serie de investigaciones que permitieron ampliar el panorama de las posibilidades democráticas, destacando de entre estas, una nueva forma y análisis de lo político desde el populismo.

El populismo aparece entonces como una nueva forma de elaboración política que subsume errores y aciertos del pasado y que, a través de ellos, produce un nuevo conjunto de conceptos interrelacionados, mismos que deben ser evaluados en función de su producción teórica y práctica. Si bien es cierto que Spinoza parecería, en un primer momento, distante de esta posición política, es, según mi visión, absolutamente imprescindible para entenderle.

En este breve trabajo haré una breve presentación de aquello que entendemos por populismo –principalmente desde la línea de Mouffe- con la peculiaridad de hacerlo a través de conceptos centrales del spinozismo como son la dinámica de afecciones, la potencia de obrar, la imaginación, entre otros. La hipótesis es que es la estructura spinoziana, auxiliada por los teóricos actuales del populismo, la que puede dar claridad sobre la develación de tan problemático concepto.

 

Title: The radicalization of democracies and the dynamics of affections. A spinozist analysis of populism

 

Over the past century, the recovering and analysis of Marxism spread out. Between all that emerged in recent years, Chantal Mouffe and Ernesto Laclau’s studies stand out, who throughout their work decided to operate a kind of deconstruction of Marxism in order to build a project of radicalization of democracies. Along with and in face to this project, a number of researches emerged which allowed broadening the panorama about the democracies’ possibilities, putting the accent on a new way and a new understanding of the political from the theory of populism.

Populism appears then as a new form of political elaboration that subsumes past mistakes and success to produce, through them, a new battery of intertwined concepts which must be evaluated according to their theoretical and practical production. If it is true that Spinoza may appear, at first glance, distant to this political stand, I will try to show that he is absolutely essential to fully understand populism.

In this presentation I will do a brief exposition of that we understand by “populism” –specifically from Mouffe’s work-, but trying to do it by means of Spinoza’s key concepts, namely, the dynamics of affections, the power [potentia] to act, the imagination, etc. My hypothesis is that it is Spinozist conceptual structure, reinforced by contemporary populism theorists, which can clarify the problematic notion of populism.

Mesa 1: Libertad y Multivocidad de la potencia de existir. Freedom and Multivocity of the potency of existing

I. ¿Imaginación o condena? Spinoza y Sartre.

Ponente: Johana Rodríguez Rangel, UAM-I

Resumen:  La ponencia propuesta tiene como intención abordar el concepto de libertad desde la óptica de Spinoza por un lado y por el otro, el tratamiento que a éste le da Sartre, de manera que sea posible hacer una reflexión sobre la posibilidad de que el término sartreano de libertad en situación quede inmerso en lo que para el pensamiento spinozista sería una libertad falsa propia de la imaginación.

Para el filósofo holandés la libertad de la manera en que los individuos la consideran, no es más que una imaginación, puesto que se jactan de tenerla por el hecho de ser conscientes de los actos que realizan, obedeciendo éstos a una especie de voluntad humana (la cual también rechaza) ignorando así mismo las causas que los llevan a realizar dichas acciones, y por lo tanto siendo esta idea una falsa idea de libertad, pues el sujeto solamente será libre en la medida en la que obre de acuerdo a su naturaleza, esta es, conforme al entendimiento.

Mientras que para el filósofo francés la libertad es algo que hace ser al individuo, pues el hombre es permanentemente libre dado que constantemente se está haciendo a sí mismo, y si no es libre entonces no es nada. La libertad en situación de Sartre hace referencia precisamente a las continuas elecciones del individuo, que le hacen ser lo que es, pero que dependen también del contexto en el cual se encuentre.

Teniendo claras una y otra postura cabe preguntarse si la libertad de Sartre no sería más que una imaginación en el sentido spinozista, en tanto el francés la señala como una condena por la carga de responsabilidad que se ejerce en cada elección, para el holandés sería una mera falsedad por la carga de ignorancia acerca de las causas que determinan dichas elecciones. ¿es la libertad una condena, una imaginación o ambas?

 

Title: Imagination or condemnation? Spinoza and Sartre

Abstract: The proposed presentation has the intention to approach the concept of freedom from two perspectives: Spinoza’s and Sartre’s, in a way that enables a reflection about the possibility of the insertion of the Sartrean concept of «freedom in situation» on what for Spinoza’s thought is false freedom, proper to the imagination.

According to the Dutch philosopher, freedom as common people conceive it, it’s not more than imagination, since they boast of owning it by the fact of being conscious of the acts that they perform, obeying some kind of human will (which is also rejected by Spinoza), but ignoring the causes that lead them to perform such actions, and therefore being this notion a false idea of freedom. In that way, the subject will only be free to the extent that he acts according to his nature, that is, according to the understanding. For the French philosopher, in his turn, freedom is something that makes the person, since the man is permanently free given that he is permanently making himself, and if he is not free then he is nothing. The liberty in situation of Sartre addresses the continuous decisions of the person, which make him be what he is, but that also depend on the context in which he finds himself.

Having a clear vision of both of the positions, there is room to ask if Sartre´s freedom would be nothing more than imagination in the Spinozist sense. While the French philosopher points it out as condemnation for the burden of responsibility exercised in each election, for Spinoza it would be sheer falsehood because of the burden of ignorance about the causes that determine such choices. So, Is freedom an idea of the imagination, a burden or both?

 

II. Los “otros” también SON. Una mirada a la discapacidad desde la ontología de Spinoza.

Ponente: Diana Carolina Vallejo Ortega, UACM.

Resumen: La discapacidad no es únicamente una categoría conceptual, sino es también un grupo de seres con una existencia que necesita ser trasformada. Por ello, establecer una mirada alterna a la discapacidad —como proyecto ético-político con fundamento ontológico— se vuelve importante, ya que consistiría en la posibilidad de establecer un criterio diferente al “tradicional” y/o “usual” con el que se considera a la discapacidad. En dicho criterio prevaleciera el valor de la autonomía como ejercicio de una vida plena. Por este último entiendo un generador de procesos de transformación social. Además, asumo que la acción política lograría el reconocimiento social de los “discapacitados”.

Para ello es necesario ubicarse en un lugar distinto, volver a ciertos principios ontológicos y replantearse el sentido de un ser con discapacidad, reconocer su existencia, pero ya no en oposición a algo denominado “normalidad” sino un reconocimiento a su existencia tal y como es.

La propuesta va dirigida a estructurar dicho proyecto erigiendo el planteamiento de Spinoza como eje esencial en la formación de un fundamento ontológico que procure la autonomía como valor ético significativo.

 

Title: The “other” also ARE: a look to disability from Spinoza’s ontology

Abstract: Disability isn’t only a conceptual category, but also refers to a group of beings with an existence which requires to be transformed. Because of that, to stablish an alternate vision to disability —as an ethical-political project with an ontological foundation— it gets importance since it would consist in the possibility of stablishing a different criterion from the “traditional” or “usual” with which it is considered the disability. In such a criterion, would prevail the autonomy as an exercise of a full life. I understand for this last a generator of processes of social transformation, as well as I assume that political action would obtain the social recognition for disable people.

For that, it is necessary to locate ourselves on a distinct site, to remit to some ontological principles and rethink the sense of a being with disability, to recognize their existence not in opposition to some called “normality” but their existence as it is.

This presentation aims to structure that project raising the Spinoza’s thought as the essential axis in the formation of the ontological foundation which procures the autonomy as a significative ethical value.

El populismo y la dinámica de afecciones desde Spinoza

 

Por Cristina Abogado Compean

Durante los últimos años, el populismo ha cobrado un papel central en las dinámicas políticas de distintos países en el mundo, así, se ha convertido en objeto de estudio inevitable para distintas ciencias y disciplinas sociales y humanas, entre las que se incluye, por supuesto, la filosofía. Así, creemos que es imprescindible producir nuevos análisis que permitan, al menos, establecer comparaciones entre las distintas elaboraciones teóricas en torno al problema y lograr una perspectiva  que permita de mayor claridad.

Uno de los asuntos fundamentales en la arquitectónica conceptual del populismo es el uso y dinámica de las afecciones, en este sentido creemos que una gran aportación para el análisis de la dinámica de afecciones puede hacerse desde el spinozismo. La dinámica de las afecciones es una parte central para el desarrollo de la teoría del populismo, al menos desde las posiciones de Mouffe y Villacañas[1], sin embargo parece que estas son tratadas casi siempre desde una visión psicoanalítica –como sucede también con los análisis de Ernesto Laclau.

Si bien es cierto que el psicoanálisis se encuentra ligado a las reflexiones en torno al populismo, es importante también, como hemos dicho arriba, generar un análisis del mismo desde la postura spinoziana, ya que de esta manera produciremos un análisis de carácter orgánico, tal como sucede con el sistema del filósofo holandés.

Digo esto último debido a la construcción inmanente del vínculo entre las afecciones y el proceso del pensamiento de los sujetos, mismo que se desenvuelve  a lo largo de la Ética y nos permitirá presentar aquí una perspectiva alimentada por una filosofía que se distingue por tener un gran poder epistémico y metafísico y que combate entonces la separación entre la dinámica de las afecciones y la estructura de pensamiento y entendimiento de los sujetos:

La mayor parte de los que han escrito acerca de los afectos y la conducta humana, parecen tratar de no cosas naturales que siguen las leyes ordinarias de la naturaleza, sino de cosas que están fuera de ésta. Más aún: parece que conciben al hombre, dentro de la naturaleza, como un imperio dentro de otro imperio. Pues creen que el hombre perturba, más bien que sigue, el orden de la naturaleza, que tiene una absoluta potencia sobre sus acciones y que sólo es determinado por sí mismo. (Spinoza, 2015: 207)

Hemos decidido, pues, que para este breve texto es necesario presentar un primer esbozo de tres cosas que creemos fundamentales para evaluar el problema:

1.- Presentar un estado general de las cosas. Es decir, elaborar un breve mapa del entramado que permita la emergencia de los distintos movimientos populistas.

2.- Evaluar las condiciones que en efecto suceden durante el desarrollo del populismo en función de algunos textos presentados por Chantal Mouffe y José Luis Villacañas concentrándonos, por supuesto, en la dinámica de afecciones y las consecuencias políticas que el uso de ellas implica.

3.- Entrelazar la dinámica de las afecciones propuesta por los teóricos mencionados arriba con la teoría de la dinámica y uso de afecciones desde Baruch Spinoza.

¿Desde dónde partimos?

Hemos dicho que, en principio, es importante colocarnos en el estado actual de las cosas, ya que es sólo a través de la develación del entramado que sostiene aquello a lo que nos enfrentamos en el mundo político-social, que podremos entender, al mismo tiempo, el proceso de emergencia del populismo. Tanto Mouffe como Villacañas emprenden una evaluación de la situación política y social que permite ubicar el inicio del desarrollo del problema en el no reconocimiento de las demandas por parte de las instituciones, mismas que, según el mismo análisis, se encuentran cooptadas por una elite política y económica.

Esa negación de la inclusión de las demandas en la organización de las instituciones, si bien es una de las razones fundamentales para emprender la construcción del populismo, también existe aquello que es definido por Mouffe como un esencialismo marxista[2]:

Al inicio de Construir Pueblo, la misma Mouffe pone en claro las motivaciones personales que le inclinan a iniciar el trayecto político filosófico que ha recorrido; a través de ellas se pueden ver claramente las preocupaciones de la inclusión de las demandas que no han sido nunca parte fundamental de la lucha marxista de izquierda -como el feminismo o la lucha contra la discriminación de los homosexuales.

La subsunción de las demandas que han sido históricamente excluidas –ya sea desde la izquierda o desde la derecha- es el propósito fundamental del populismo. Se trata de una crisis de la representación política que debe ser asumida desde el establecimiento de una condición imaginaria de la subsunción total de las demandas. Esta última parte es fundamental; es claro que el nuevo movimiento que se gesta a través del populismo no puede representar –como tampoco lo hace ningún otro movimiento político- la totalidad de las demandas a las que se enfrenta, pero, la clave del populismo está justamente en asumir y promover la idea de que la totalidad de las demandas responde únicamente a aquellas demandas que no pertenecen a la élite política-económica:

[…] cuando se da una crisis orgánica, el sistema de la representación ya ha colapsado, aunque la carcasa estatal institucional siga intacta. Entonces se forma una representación popular nueva. Esta debe usar la democracia liberal para la conquista del poder ejecutivo. Sin duda, hacerse con el poder ejecutivo es la clave de toda la construcción populista. Una vez que es se ha conseguido, se coloca ya en el punto de partida de los populismos históricos. Sin embargo, lo que nunca hará el poder ejecutivo será usar el entramado institucional para atender demandas diferenciadas. […]. La cadena equivalencial y los paquetes de reclamos deben mantenerse insatisfechos, para que el pueblo siga unido. Esta insatisfacción se explica no por la ineficacia del ejecutivo, sino por las fuerzas profundas de la casta y la oligarquía, que todavía gozan de un poder decisivo en tanto aliados del capitalismo financiero internacional. […] (Villacañas,2017: 88-89)

En este sentido es crucial producir y gestionar una dinámica de las afecciones que permita darle un sentido y dimensión específica al enfoque de las demandas y generar entonces la línea política buscada por la lógica del populismo en cuestión.

 

¿Qué condiciones políticas se producen en función de la dinámica de afecciones?

La dinámica de afecciones es aquello que permite, dentro de la lógica del populismo, cooptar esta aparente totalidad de demandas y usarlas para la generación de un discurso político que permita la producción del pueblo. Aquí es importante detenernos en el concepto de pueblo, para entender más claramente hacia dónde son y deben ser dirigidos los esfuerzos, para concentrar las afecciones hacia un propósito político particular. El concepto de pueblo no es un dato que pueda ser únicamente asumido por la diligencia del movimiento, sino que, al contrario, este debe ser construido a la vez que se construye el movimiento mismo:

Me parece fundamental entender que la política consiste en la creación de un <<nosotros>> y que eso implica necesariamente la distinción de un <<ellos>>. Para mí la tarea democrática no es tratar de construir un nosotros completamente inclusivo, un nosotros sin un ellos, sino de construir la relación nosotros/ellos de una manera que sea compatible con la democracia pluralista. Esa relación nosotros/ellos no es la expresión de algo ya existente, de naturaleza esencialista, y es siempre el resultado de una construcción discursiva. Claro que algunas de esas construcciones van en contra de la democracia pluralista, pero hay otras que, al contrario, pueden ser muy importantes para darle vigor. Todo eso depende de cómo tú construyes las frontera […] (Mouffe 2015:50)

En esta dinámica de agonismo que es producida entre lo políticamente normal y anormal es donde las afecciones, así como su manejo y dinámica, cobra un papel central. El afecto, dentro del populismo es la determinación que en última instancia permite detonar la unidad política de las diversas demandas que se pretenden enlazar con populismo. Las afecciones y su dinámica funcionan como una suerte de significante que, aun con un contenido específico, aparece, a la vez, como un significante vacío que permite el acceso y unificación de las demandas:

El afecto es la investidura que destaca un significante en una cadena de significación. No existe por sí sólo sin el lenguaje. Carga un significante con una inversión de diferencia. Es como un título de bolsa que lleva el nombre de nuestro padre. Ese título adquiere un valor afectivo diferente que hace que me relacione con todos mis títulos de otra manera. Ese título lleno de afecto hace que mantener todos mis ahorros en bolsa sea como un acto de fidelidad filial. Solo el afecto hace que articule una relación de totalidad con mis títulos. Esa potencia de cubrir una serie entera de representaciones con un significante es el afecto. El objeto parcial se convierte en una totalidad.[…] (Villacañas, 2017:77)

Las afecciones en el mundo del populismo aparecen entonces como el significante que permite la regulación de los afectos de los sujetos, generando así una misma intención política que fluctuará en función de aquello que dicte la militancia dirigente. Así, también, las afecciones cobran un papel central ya que son y generan la determinación que permite la unificación de un proyecto político de los no-representados, presentándose al mismo tiempo como un proyecto que abarca una supuesta totalidad.

Afecciones en Spinoza y el populismo

Ya hemos planteado de modo muy general el estado de la situación política y social, y como es que ese mismo contexto histórico-material permite la emergencia del mismo populismo. También hemos presentado un breve esbozo sobre el papel que ocupan las afecciones en las construcciones políticas del populismo y como son estas mismas dinámicas las que permiten que aparezca la condición de posibilidad de la aparente unidad absoluta del proyecto político en cuestión. Sin embargo, como dijimos al inicio, la definición y el papel del afecto dentro del populismo tiene una inclinación claramente psicoanalítica que no permite del todo la unidad o vínculo orgánico entre sujeto y objeto; frente a ella pondremos, aunque no en contraparte, una breve descripción de la definición y el papel de los afectos en el sistema spinoziano, y a través de ella intentaremos ampliar la discusión en torno a las afecciones para alimentar el desarrollo del problema.

Al inicio de la parte tercera de la Ética demostrada según el orden geométrico, Spinoza define:

Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo al mismo tiempo, las ideas de esas afecciones.

Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas afecciones, entonces entiendo por <<afecto>> una acción; en los otros casos, una pasión. (Spinoza,2015: 209-210)

Me gustaría hacer notar con esta cita dos cosas en particular:

  1. Spinoza deja claro que las afecciones, aunque se asimilan directamente por el cuerpo, no quedan reclusas ahí, sino que por la unidad entre afecciones y pensamientos –así como la de cuerpo y alma-, estas son parte de un mismo sistema de relaciones sin separación ontológica, lo que permite que los procesos de emergencia de las afecciones puedan ser entendidos por el pensamiento.
  2. Hay una distinción entre acción y pasión, misma que deriva de la develación o la no puesta en evidencia, según corresponda, de los entramados causales de las afecciones que nos interpelan.

Las afecciones juegan entonces un papel que no se reduce al uso de las mismas como un criterio externo de una supuesta manipulación de los sujetos políticos, sino que, al contrario, aparecen como una forma de establecer un vínculo orgánico entre los sujetos políticos y la dimensión de liderazgo del proyecto político en cuestión.

Ahora, si bien es cierto que las teorías en torno al populismo producen un lugar central para el uso de las afecciones, no por ello dedican un estudio en sentido ético, político y epistémico en torno a las mismas, como sucede con Spinoza. Hemos dicho ya que el uso de las afecciones en el populismo es central para establecer una subsunción de las demandas que no fueron encausadas al camino político hegemónico por las instituciones, pero a pesar del papel central que les conceden, no logran establecer una arquitectónica conceptual que pueda dar claridad a la relación epistémica entre las supuestas dos partes de la relación política.

La posición spinozista nos permite una visión conceptual mucho más amplia ya que elabora, no sólo en torno al mero uso inmediato de las afecciones, sino también en torno  a las formas en las que estas se presentan, y de cómo aumentan o disminuyen las potencias de obrar de los individuos; hay que agregar aquí que esta escisión permite, según nuestra tesis establecer una distinción entre populismos de izquierda y derecha:

La idea de cuanto aumenta o disminuye, favorece o reprime, la potencia de obrar de nuestro cuerpo, a su vez, aumenta o disminuye, favorece o reprime, la potencia de pensar de nuestra alma. […]

Escolio: Vemos, pues, que el alma puede padecer grandes cambios, y pasar, ya a una mayor, ya a una menor perfección, y estas pasiones nos explican los afectos de la alegría y la tristeza. De aquí en adelante, entenderé por alegría: una pasión por la que el alma pasa a una mayor perfección. Por tristeza, en cambio, una pasión por la cual el alma pasa a una menor perfección. […] (Spinoza, 2015: 224)

Utilizar a las afecciones, no sólo como forma de producción vinculante de la multitud o pueblo, sino también como criterio de distinción entre un populismo de izquierda y de derecha permite generar una militancia que, aunque no siempre logre hacerse inteligibles los procesos de producción de las objetivos políticos, puede, al menos, asegurar que bajo ciertas determinaciones afectivas su potencia de obrar no se verá disminuida, sino, más bien, aumentada y de ese modo el compromiso real con la militancia política no será recluido únicamente a la exclusividad de una élite intelectualista.

Si bien no hemos planteado aún vínculos profundos entre el spinozismo y el populismo, creemos haber logrado por ahora únicamente dilucidar un espectro sumamente general del problema y una aún incipiente relación con el spinozismo, que permita un mayor entendimiento y claridad en torno al uso de las afecciones como forma de construcción del pueblo o multitud, así como un criterio para distinguir entre las lógicas del populismo y los aumentos y disminuciones de las potencias de obrar.

A modo de conclusión, sólo me gustaría insistir en la importancia del establecimiento de un diálogo entre el spinozismo y el populismo; siendo los afectos una parte sustancial de esta elaboración política, es fundamental extender la investigación hacia dimensiones que no se asumen únicamente como políticas, sino que se saben y producen como epistemológicas y éticas, tal cual es el caso de Baruch Spinoza, razón por la cual, decidimos vincularle aquí.

 

Notas

[1] En Populismo de José Luis Villacañas se presentan distintos ejemplos en torno a esta cuestión, presentamos uno de los correspondientes a la sección “Una teoría social y teoría de la comunicación”:

En realidad, el populismo dispone de una política comunicativa ultramoderna dirigida al afecto, al sentimiento, a la teatralidad y a la espectacularidad, lo que podemos llamar producción de homogeneidad, de algo común. Sabe algo: que el lenguaje tiene una gran capacidad de producir efectos sociales, sentimientos, imitaciones. Por eso Laclau ha podido decir que <<lo que importa es a determinación de las secuencias discursivas a través de las cuales un movimiento o una fuerza social llevan a cabo su acción política global>>. Esta secuencia discursiva en las prácticas comunicativas, esta retórica, es la clave del populismo. (Villacañas, 2017:46)

[2] Para la teoría política un punto importante de la crítica al esencialismo ha sido poner en cuestión la categoría de sujeto como una identidad racional transparente que, al ser fuente de sus acciones, puede imponer un significado homogéneo en todo el espectro de su conducta. El psicoanálisis, por ejemplo, ha demostrado que, lejos de estar organizado alrededor de la transparencia de un ego, la personalidad está estructurada en una serie de niveles que existen fuera de la consciencia y de la racionalidad de los agentes. El autodominio del sujeto, que es un tema central en la filosofía moderna, es precisamente lo que según Freud nunca puede ser alcanzado. Es a partir de esa perspectiva que se desarrolla nuestra crítica al esencialismo marxista.  (Mouffe, 2015:11)

 

Bibliografía

Bibliografía

Mouffe, Chantal, et al (2015); Construir Pueblo. Hegemonía y radicalización de la democracia; Ed. Icaria; Barcelona.

Mouffe, Chantal y Laclau Ernesto (2001); Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia; Ed. Siglo XXI España; Madrid.

Spinoza, Baruch (2015); Ética ordenada según el orden geómetrico; Ed. Alianza, Madrid.

Spinoza, Baruch (2010); Tratado político; Ed. Alianza, Madrid.

Tatián, Diego (2015) ; La cautela del salvaje. Pasiones y política en Spinoza; Ed. Colihue; Argentina.